jueves, 26 de noviembre de 2009

CRÍTICAS VARIAS

CRÍTICA DE LA REVISTA GAL-ART, ENERO 2002.Pág 62

En el sur, en Granada, vive Juan Sabio; tierra de sol y luz, de jardines recoletos y de patios de sabor moruno, de palmeras y cielos azules. Juan Sabio es pintor que cultiva un realismo que describe la realidad de su entorno.Obra trabajada a la búsqueda del matiz exacto, que se recrea en el tratamiento del espacio y del color y que sigue como es característico en él, concediendo prioridad a la luz abonada por su rica paleta.

R. Palop.

CRÍTICA DE LA REVISTA GAL-ART, JULIO 2007. Pág 528


Nació Sabio en Albuñol, en 1945. Tierras del Levante, una luz especial que ha quedado grabada en sus retinas. Vive ahora en tierras granadinas, también espacio de luminosidad intensa. Y la luz preside toda la obra de Juan Sabio. Es el saber ver con mirada especial. La pintura es visión, es mostrar la obra como resultado de la visión de quien la ha creado para contrastarla con la visión de quien la contempla. Si la obra no sale a luz, si vive su vida en la soledad del estudio, no existe. Solo nace cuando se contrastan la mirada del pintor, que tiene una especial manera de mirar, de contemplar la realidad, con la del espectador.Sabio se integra en el grupo de quienes saben ver la otra cara de lo objetivo, que contempla resaltando unos apectos concretos y transfiriendo así su personalidad al tema. Entregado a la pintura, viviendo la creación de manera apasionada, curtiéndose en el largo camino pictórico que ha seguido, perfeccionista y autoexigente siempre, nos entrega una obra resuelta dentro de un realismo al que aporta el toque subjetivo, resueltos los temas con una pincelada atenta, insistida, trabajada la materia con los grosores precisos huella de una pincelada intensa y que hace honor al apellido del artista, sabiendo reflejar el detalle y al mismo tiempo crear atmósfera.Saberes y virtudes que quedan enaltecida por su sentido de la luz que hace resaltar blancas paredes cuando el tema urbano centra su hacer o que se esparce, suave y acariciadora cuando el paisaje atrae a su interés, si bien su mirada se extiende en marinas, playas de dorada arena y aquietadas aguas. Se suceden patios andaluces con el estallido floral, calles de pequeñas poblaciones de la Alpujarra impregnadas de encanto y misterio. Se aposenta en la realidad construyendo su imagen con un dibujo dominado, muy controlado, que viste con un color siempre sereno y sensato, que conjuga juegos de luces y sombras, que esparce su riqueza en los estallidos florales, en las zonas que la naturaleza aparece. Sus cuadros son un homenaje y exaltación de su tierra elegida , es contacto, goce y disfrute de la realidad, es la luz convertida en motor y razón de ser. Obra completa, círculo cerrado, visión con el acento de lo propio, siempre bien resuelto pictóricamente sabiendo comunicar y transmitir emociones y sentimientos.


J. Llop S.Director de la Revista GAL-ART


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